lunes, 26 de noviembre de 2012

lágrimas secas

Dejadme hablar de una vez. No pido un altar, no pido el cielo ni similares y creo que resulta obvio que lo único que anhelo es que alguien tenga la decencia de escuchar. Creo que ni los más críticos pueden abnegar de la clara propensión del ser humano a la pérdida de ciertas características como puedan ser esa que acabo de citar. Escuchar. Tan simple y tan... no se me ocurren más adjetivos. Lo siento. No estoy acostumbrado a que me dejen hablar tanto tiempo seguido y la falta de costumbre lo único que crea es incapacidad. Si lo negáis, me da igual. Si estáis de acuerdo, y sin dejar de sorprenderme, también. Puede que la arrogancia sea un defecto pero me parece a mí que pecamos un poco todos de indiferencia, de desdén, de desarraigo... un poco de arrogancia y personalidad no vendría mal a nadie, ¿o sí?

Cuando me levanto cada día y observo con quietud y diligencia el movimiento de las hojas por la ventana, el sonido titubeante del viento, y todas esas abrumadoras figuras poéticas hechas realidad, lo único que siento para mi sorpresa es lo mismo que todo hombre o mujer que se sitúa en mi lugar. Absolutamente nada. Estamos demasiado ciegos con esa nueva moda de no sentir nada, de no importarnos ni lo que pensándolo fríamente nos destrozaría lentamente. En el invierno del hastío todo es gris y nada es blanco o negro, y no echamos de menos sentir porque nunca, a lo largo de nuestra insípida y miserable vida, lo hemos hecho. Y después nos preguntamos que hacemos y la respuesta es fácil. Vivir. ¿En realidad nos estamos tomando en serio a nosotros mismos? Nadie se cree nada a estas alturas... realmente todo es un continuo desprecio hacia el cariño y todo ese tipo de sensiblerías patéticas que nos parecen demasiado lejanas como para reducirnos a ellas. Lo peor es que dentro de nosotros nos hundimos sin ese tipo de sensaciones, sin ese gota a gota que nos dé la vida, que nos haga sentir lo que realmente es.

Por eso, cuando vuelva a callarme, todo seguirá igual que antes. Porque cuando afirmamos que somos polvo en el viento nos estamos subestimando y porque, sin duda, ninguna hoja siente nada, cada mañana, mientras cae lentamente, con respecto a nosotros, al fin y al cabo eso es más de lo que somos... odio tanta recurrencia con las hojas pero sigo sin estar acostumbrado a entonar monólogos y sin duda pasa factura...

Sin duda a todos nos encanta lo de los puntos suspensivos, nos vuelve locos, nos mantiene firmes. Nada más lejos de la realidad. Todo se acaba y nada avisa. Nuestra vida se describe rápido y de forma concisa. Con un punto final.

martes, 16 de octubre de 2012

suave balanceo

Esa hoja no cesa en su movimiento. El viento la arrastra de un lado a otro, de arriba a abajo, sin tregua ni respiro. Suave, como la caricia de la yema de unos dedos, como el movimiento acompasado del pelo al caminar, como el sueño de conseguir alcanzar los magnánimos objetivos y dejar atrás el dolor, la angustia, la desesperación... Demasiado suave... La brisa no ahuyenta los miedos, no deja escapar el sufrimiento, no lo hace porque carece de fuerza, está apagada, sin luz, sin aire... no es más que la falsa apariencia de un movimiento constante que se basa en la rigidez. Ni un paso, ni siquiera atrás, ni una decisión, ni un gramo de valor. La hoja sube y baja pero en el fondo nunca se ha movido. No buscamos brisa... buscamos vientos huracanados que nos agiten, que nos despierten, que nos hagan sentir vivos y valorar el propio hecho de estarlo, necesitamos que nos empujen, llegar al límite y evitarlo, sortear obstáculos, romper metas, necesitamos un soplo de aire gélido que entre en nuestros ojos, que nos ataque, que nos haga indefensos, un sol ardiente, una vida plagada de contrastes, de sorpresas, de inesperadas dificultades que faciliten el camino.
No necesitamos una estrella titubeante, no podemos permitirnos recibir la brisa que nos acomode. Cuando pisamos el terreno encharcado de la costumbre nada puede salvarnos. Nos absorbe, nos ahoga, nos quita la chispa del viento, nos anula por completo y nos encierra en un círculo de lágrimas, lágrimas que aparecen por cada vértice, lágrimas profundas, lágrimas de frustración, lágrimas tan reales que inundan nuestro universo de tristeza y abatimiento. Huyamos de esa armonía fingida y dejemos que el sol seque nuestros ojos... Seamos capaces de compadecernos de la vacía belleza de las hojas sin ser partícipes de su rígido vaivén. No compartamos su destino.

lunes, 16 de julio de 2012

flor en el hielo

Supongo que cuando de repente te das cuenta de que no puedes abrir los ojos es algo bueno. Cuando llevas tanto tiempo preguntándote las razones, buscando explicaciones a todo eso que parece no tenerla, cuando eso ocurre lo único que no esperas es encontrar esas razones. Y por eso es lógico que te desconcierten, que te abrumen, que no sepas reaccionar, pero no es necesario... Puede parecer que no estás preparado, que se te queda grande conocer el por qué de todo esto, que no entiendes la razón por la cual tu debes entenderlo, a veces las cosas no son como esperas, o peor, son exactamente como tú lo habías esperado, y la verdad, si hay que elegir me quedo con lo primero. Por eso cuando veas toda esa luz no te apartes, no tengas miedo a que te ciegue, esa luz es todo lo que llevas esperando inconscientemente durante tanto tiempo, y contemplarla y cegarte es lo más bonito que te ha podido ocurrir, debes reaccionar y darte cuenta de ello...
Y es normal que tengas miedo, miedo de muchas cosas, porque cuando se tiene algo que perder el miedo no es algo que podamos eliminar, pero tienes que ser valiente, tienes que aprender que a veces el mundo no hace las cosas sólo para hacerte daño, que hay momentos destinados a hacerte sonreír y que son más de los que habías esperado... Déjate llevar por eso, deja que te supere, no lo controles...
Llega un momento en la vida en el que hay que dejar a un lado las suspicacias y los detalles sin importancia y centrarse en lo que de verdad está ahí para ti, en eso que te hace sentir alguien, que no te deja dudas sobre que esto merece la pena... en eso que te hace ver todas esas razones, en eso que es todas las razones que buscaba... cuando a pesar de que todo vaya mal, ese algo te permita escapar de lo demás y sonreír... no malgastes tus sonrisas...

miércoles, 30 de mayo de 2012

aínotonom

Y eso es lo que es la monotonía. Gente hacia arriba, siempre la misma gente, siempre la misma cuesta, siempre las mismas circunstancias, siempre los mismos gestos, siempre las mismas situaciones. Gente que sonríe, que llora, que no varía, que está programada, que siempre resulta uniforme, gente y sólo gente. Que escupen en las alcantarillas, que se sobrecogen en la oscuridad, que gritan cuando se sienten libres, que bailan cuando escuchan música, que se suben a los árboles por no bajarse de ellos. Que aparentan, que son felizmente tristes, que guardan un vacío eterno, que creen que el futuro será diferente, que creen en el cambio, el cambio en la monotonía, sin salirse de ella, sin mover un dedo, sin atarse ni soltarse, sin saber lo que es en realidad la felicidad. Que sueñan con sueños, que no son capaces de imaginar un cielo sin azul, que no son útiles ni para ellos mismos, que no son... Que explotan inmóviles, que se esconden en un campo abierto, que desgarran una mirada con una sonrisa y piensan que el sol no brilla más porque en realidad existe algo más que la luna capaz de eclipsarlo. Que bailan y ríen y sienten y creen hacer todas estas cosas porque es lo predispuesto, lo que se supone que deben hacer, que deben volar con los pies en el suelo y ser valientes sin arriesgarse. Gente... Y ahora procederé a explicaros lo que es la monotonía.
¿Cielo azul? Adiós.

viernes, 18 de mayo de 2012

sol y flor

Todo el mundo se gira y abre los ojos, todo el mundo se sorprende, aparentemente. Sé que no es lógico contemplar este tipo de cosas actualmente, todo está desvalorizado, todo ha perdido la esencia, todo carece ya de sentido... y cuando aparece algo que suscita el mínimo interés, que llama la atención aunque sea de manera ínfima, todo el universo se gira de golpe y clava sus miradas... cómo no van a hacerlo ante esta marea, ante este vendaval de diferencias, de personalidad, de humanidad... Y entonces saltas al vacío y te lo encuentras, así, sin más, de frente, y te haces la maldita pregunta, no entiendes la razón por la cual te ha tocado  acompañar a todo eso, no lo entiendes... qué tienes... Probablemente nada. Suerte lo llaman algunos. Quizá, todo esto del karma se cumpla, o, simplemente, alguien debía devolver en sonrisas todas las lágrimas que has derrochado, todo el sufrimiento, el dolor, no se calma si no es con su antítesis, con felicidad, con sueños, con esperanza, con vida...
No te lo preguntes, no dudes de que te lo mereces, no lo hagas, hay momentos en que un rayo de sol entra por la ventana sin actitud perniciosa, simplemente por cortesía, porque en la vida también debe haber signos de amabilidad, de eso, de eso mismo, de sol... Cuando arrancas una flor asegúrate de hacerlo para hacer feliz a otra flor... no está bien arriesgar todo el mundo por una falsa apariencia, no, si tiras el dado no debes confiar en el resultado, pero si tu instinto te dice que debes seguirlo, hazlo... los impulsos son la base de todo. Impúlsate en la vida para superarla, para llegar alto, porque nadie marca el límite, porque quizá ni exista el mismo, porque cuando construímos algo sin techo sólo queremos expresar libertad, sentimientos, aire que entra y sale sin detenerse, que pasa de una persona a otra, que late como tantos corazones que se unen como flores... y entonces escuchas el sonido de una abeja a lo lejos y notas que estás vivo, porque, al fin y al cabo, qué es una abeja, si no vida...
Guárdate todo eso, porque algún día mirarás atrás y simplemente con eso serás feliz, sonreirás y te dirás a ti mismo que has hecho las cosas bien, que la noche no se olvida ya lo sabemos todos... pero olvidar o recordar el sol, es, únicamente, una decisión que tú mismo debes tomar. 

lunes, 7 de mayo de 2012

nieve en el sol

Luna sin constancia
pregunta por tu historia.
Tú, rayo de esperanza,
orden de una vida en revolución.

No cierres los ojos ante la oscuridad,
no existe tal cuando apareces;
polvo en el viento, campanas estruendosas,
deléitanos con tu sonrisa inconcebible.

Eres tú, látigo de almas cansadas,
estrella de corazones vacíos,
voz solitaria rodeada de gente,
color ciego, sonido sordo.

Tú, neón de parpadeo incesante,
fuego y agua mezclados,
electricidad de voz grave,
tú, sólo tú, un ave en el cielo...

jueves, 3 de mayo de 2012

luz y érnagas.

No, en serio, parad ya. Parad de lanzarme, de arrojarme esa tristeza. Sin el sol no hay luz... quiero dos soles y tengo tres. Tres en uno, qué maravilla. Se va y viene, viene y se va. Es tan bonito como ver a un niño sonreír, es tan bonito que no te das cuenta de cuanta belleza estás contemplando, es tan bonito que no te cabe en el alma tanta luz, tantos soles, tantos amaneceres y tantos recuerdos juntos, que explotan, son como una enorme masa de sensaciones que te tragas sin masticar, que te golpean en la cara al girarte, por sorpresa, sin avisar. Y lo agradeces. Agradeces volver a la vida, que ese sol te ciegue, porque aunque no puedes ver sabes que existe, que hay algo que es capaz de hacer que dejes de ver por un segundo, algo que te permite volar y mirar atrás y darte cuenta de lo mucho que has desaprovechado tanta felicidad, tanto amor, tanto brillo que no cesa, que aunque te escondas en una cueva eterna no desaparece, porque es incomparable, es incontrolable, es magnánimo hasta el punto en que por fin caes y ves con claridad, con los ojos cerrados, con esa ceguera, todo negro, pero a la vez todo es luz, todo son sueños por cumplir, ves con claridad que tienes mucho que perder, que algún día todo habrá acabado y que no somos quién de desperdiciar ese sol...
Te sientes débil y eso te da fuerzas, fuerzas para continuar y para levantar la cabeza y para encender tu corazón, simplemente fuerzas... no necesitas más... todo es variable, pero hay cosas que desafían las reglas y todo ese universo de constelaciones es una de ellas... cae una estrella y bailamos porque no sabemos que hacer mientras percibimos todo eso, todo ese mundo nuevo, esa electricidad que nos posee, que nos da vida. Que nos enciende. Y lo demás da todo igual...

lunes, 30 de abril de 2012

vacío completo.

Sangre que sube y baja sin parar. Ojos que miran a los lados titubeantes, manos que tiemblan, piernas que se golpean entre ellas hasta causar sangre. Y vuelta a empezar. Cíclica esperanza que alimenta, que proporciona vida, momentos de respiración, de sueños, de mundos infinitos que se conjugan para formar una expresión salvaje de lo que el mundo nos quiere mostrar a cada momento. Guardarse el viaje en la maleta, pararse ante la continuidad y saltar por debajo. Metal lúcido, agua transparente, seda delicada y, cómo no, sedosa. Como esas manos temblorosas que acarician aunque no sepan qué van a recibir a cambio. Expectantes. De una vida, de un momento en definitiva, de un soplo de aire que permita salir a la superficie durante unos segundos. Esperanzas cautivas de unos ojos, de unos sueños reales, de una realidad soñada, de un cambio radical hacia la rutina, de un calor gélido y un prado teñido de oscuridad. Oscuridad centelleante, irregular, de carácter inconstante, de vuelo bajo, de agarre débil y ahogado. Ahogado por esa multitud de ataques, de ofensas, de paralelismos que cortan sin avisar, de toda esa grandeza ínfima que rodea la existencia de los meros atractivos de nuestras identidades. Búsqueda pasiva, si se le puede llamar búsqueda. Punto irreflexivo donde se detiene el tiempo y guardas, y compartes, y disfrutas de ese silencio eterno, de esa llamada celestial a creer, a creer en algo no subjetivo, en la cosa más empírica que reciban mis ojos, o que yo considere que los tuyos pueden recibir. Es indiferente lo que ese clavo penetre en nuestros corazones, no hará daño mientras no nos toque a nosotros mismos, no hará daño porque somos fuertes, porque somos. Somos algo, y ya basta de contradecirse, es lógico, somos algo fuerte, no es fácil destruírnos, el polvo se esfuma con el viento, pero el recuerdo no lo borra ni un maldito psicólogo ni un ingeniero aeronáutico. Tú vives para enseñar a vivir, para mostrar el camino que menos piedras contiene, para indicar la elección que menos tristeza acarreará, tú enseñas a enseñar, recibes aliento y lo multiplicas por infinito, guardas el tesoro de la locura, lo guardas demasiado bien, nadie lo percibe... Paradigma de la incompatibilidad, no se puede ser más perfecto, más sinuoso, más sorprendente, más fascinante. Con nuestras piezas conformamos el puzzle de la eternidad, puzzle inacabado pero esperanzador. Mientras coloquemos piezas avanzaremos, llenaremos algo nuestro vacío. Hasta que la eternidad se defina, y coloques tú la última pieza.

domingo, 22 de abril de 2012

paralomismo vulgar.

Sacude el viento entre sus manos. Baila con la brisa, frágil, como un fragmento de una vida, un color, un paso, una bahía de lágrimas que se evaporan cuando pasa sin diluírse en su olor, no soy capaz de soportarlo, fluye, como un bálsamo de sensaciones que se guardan en tu espalda, que gritan atrapadas ante ti, que no consiguen escapar. Sensaciones heterogéneas, que luchan entre ellas a la vez que se asocian, que tocas y derribas a la vez que haces lo propio conmigo, me tocas, me derribas, no permites que me levante, no me dejas superarte, o quizá no quiero hacerlo, eres esa gota que se queda al final del vaso, la última, la primera, qué mas da... la cuestión es que ahí estás y de momento no aprecio en ti la voluntad de huir. Estamos en una cárcel, una cárcel de sueños, pero intentamos soñar que no lo es, y, seamos realistas, necesitamos ayuda. Puede que me des algo más que eso. 'No te compré, no hice trampas, no es justo salir perdiendo cuando no has jugado a nada.'

martes, 3 de abril de 2012

los al revés.

Puede que no entiendas el por qué de todo este desconcierto. Vale, es comprensible que no entiendas, todo esto se vuelve incomprensible por momentos. No guardes todo eso, sácalo, salta, pero no seas exagerado, escóndete cuando venga la marea, esquiva cada tornado que te ataque, no, espera, párate un segundo, respira, abre los ojos, ¿por qué siempre tienes los ojos cerrados? No ves que no estás viendo, parece mentira que esto sea realidad. ¿Qué quieres ser de mayor? Feliz. No, por dios, ¿por qué no ser feliz desde ahora mismo?, dejémonos de estupideces, vueltas inútiles alrededor de montañas de diámetro infinito. No puedes esperar que llegue el verano y perderte la primavera, no puedes guardarte la explosión para el momento en que el terreno esté despejado. ¿No tienes gasolina? Y esperas que vengan a socorrerte, por dios, corre a una gasolinera. Corre y disfruta del viento, que acaricie tus mejillas, abre los ojos, mantenlos abiertos. No es el sol lo que te hiere, es que no te das cuenta de que esto dejó de ser un juego desde el momento en que juramos jugar para siempre. El momento en que te agarraste a esa piedra y gritaste a una gota de agua que lo pequeño no era suficiente. Deslizándose por aquella cuneta, sin mirar atrás, dolido, herido, con el alma destrozada en pedazos como si lo hubiesen golpeado contra una roca. Maldita sea, que juego es este, el agua no se rompe contra una roca. Somos diferentes, sí, ¿y qué?. Orgullo de mirarte en el espejo y verte a ti mismo. Al menos diferenciamos la b de la v, nos dan de inocentes pero no saben nada de nosotros. Tú eres el sol que los ciega, bailas y los dejas perplejos, no saben a dónde mirar, sólo tus ojos pueden convertir el agua en felicidad, el agua y cualquier cosa...
No tengas miedo, soy tú, no dudes cuando mires atrás y me veas fotografiando mentalmente tu pelo, cada milímetro, cada fragmento de sueños que me regalas, cada aguja del reloj que se mueve cuando estoy contigo. Porque se une el mundo con la realidad, maldito idealismo, por qué has tardado tanto en irte.
Quema el saber que el sabor tropical no tiene en realidad nada que ver con el trópico. Vale, connotaciones, no habéis ganado la batalla, desde que apareces las rompes, surges destrozando los límites de las partículas que forman nuestra superficie, odiosa superficialidad que nos corroe, si no vas eres un extraño, si te quedas no guardas relación con nuestro mundo, ven o quédate para siempre. No quiero comer manzanas y lavarme los dientes, quiero vivir con la realidad que quiero, no quiero despedirme, quiero decir hola al morir, quiero sonreír cuando me sienta triste, quiero ser capaz de brillar, aunque el sol esté en lo alto del cielo. Como tú lo haces. Sin disfraces, desnudos, nosotros mismos, pureza y realismo. Siendo metáforas de nosotros mismos. Bailando con la oscuridad hasta que caiga la noche...

sábado, 31 de marzo de 2012

sofocante.

No eras tú el que bailaba cuando el sol se ponía, gritando al viento que nada podría vencerte. No eras tú quien sollozaba cuando la luna no te miraba, cuando el brillo de cualquier estrella no decoraba tu pelo de tonos claros, no eras tú la persona que siempre quiso saltar, llegar alto, la persona que sintió, que cayó y se levantó, que luchó por obtener lo que su corazón le pedía. No eras tú quien venció a la marea, no eras tú quien evitó que todo se viniese abajo. No lo eras.

Siempre distante, siempre frío, siempre buscando algo que es imposible encontrar. Hay árboles que el tiempo no puede derribar. Nunca fuiste uno de ellos. No intentaste serlo, no dijiste ni una vez que tus intenciones fuesen triunfar, soñar, vivir, nunca lo dijiste. Pensabas que el mundo te iba a enfocar, a levantarte despacito y sujetarte como si fueses un maldito dios. Guárdate tu resentimiento. No te mereces todo lo bueno que tienes. En el universo sólo somos partículas, estúpidas e insignificantes partículas de nada, que son el todo en el vacío, no podemos esperar algo de nada, no podemos. Si no construímos nuestro palacio de existencia, si no situamos ladrillo a ladrillo nuestra felicidad, nuestro soporte, necesitamos eso, lo necesitamos. El sol es sofocante, nos ahoga, nos provoca, nos deja exhaustos. ¿Dónde está la sombra? ¿Dónde está tu sombra? No tienes, no eres nadie. Polvo de vida, vida que se deshace en polvo, gira ya o camina hacia el vacío. O tienes una tercera opción. Convierte el vacío en tu todo. Está en tu mano el futuro del presente, el presente del futuro espera y tiene prisa.

miércoles, 14 de marzo de 2012

mírate la espalda en el espejo

Abrázame. Abraza esta felicidad que el mundo entrega por escasos instantes a ese reducido número de valientes que chocan continuamente contra la pared de su realidad, que intentan derribarla, que luchan contra ella a pesar de saber que el sol contra tus ojos no tiene nada que hacer. Golpea los límites de tu sistema cognitivo, dime, ¿cuál es el camino más rápido para llegar a la luna sin dejar de visitar ni una sóla estrella? Exacto, esa es la respuesta. Engrandece tu vida, aumenta tus expectativas, hazte líder de ese grupo inexistente para conseguir lo que desde siempre has anhelado, busca tu revindicación, encuéntrate, no dejes de buscarte porque si lo haces estarás lanzando un dardo al centro de la diana, y créeme, ninguno de nosotros quiere que se acabe el juego, da rodeos, juega, miente, ríe, baila con esa sonrisa risueña que el universo decide situar en tu cara por un momento. Guarda cada situación, exalta tu orgullo, no cambies de apariencia, mantente firme, ábrete paso ante las adversidades, que el brillo de Orión no puede con tu pelo y el mar no llega a ser tan puro como el jugo del zumo de naranja. Porque si, esos son los detalles que te hacen valorar el entorno que te rodea. Para un segundo y grita a la naturaleza cuál es su objetivo, llámala cobarde, no te cortes, pierde la voz susurrando, grita hasta que no se te escuche, sueña hasta despertar, cuélgate del suelo y bájate del cielo, no te muevas que podrías caerte. Sube al cielo. Qué paradoja decirle al cielo que suba de sí mismo. Que suba de sí mismo, encadenando sin sentidos a derecha e izquierda, cantando al son de esas gotas de agua que caen cada vez más despacito del grifo recién cerrado. Coge hasta la última gota, no sabes para cuando la necesitarás. Cógela pero no te la bebas, no sabes lo que es saber que puedes hacer algo eternamente, el saber que puedes, pero que tienes el valor suficiente para no hacerlo, te da esa tranquilidad, esa calma, esa sensación de conexión contigo mismo, de creer que puedes, que realmente el mundo no te ha puesto en tu lugar para cebarse con su propio despropósito, que el sol y la luna no salen porque la tierra gira, no, no, la tierra no gira. Giramos todos, no paramos de girar, giramos como si fuésemos un exprimidor, jugo de zumo de naranja, no, giramos incluso más, giramos hasta deshacernos en pedazos minúsculos de lo que un día fuimos, giramos y nos desintegramos, y cuando más rápido giremos más rápido se acaba nuestro sufrimiento. Pero no sufres sin antes ser feliz, no caes sin antes levantarte, no bajas si una vez no has subido al cielo. No disfrutas del mar si antes no has descubierto cómo y con quién hacerlo, no bebes un zumo de naranja sin exprimirlo. No ganas sin haber perdido, es cierto, pero tampoco pierdes si antes no has ganado, no, todo es una lucha de opuestos, lee el universo y observa un libro, obsérvalo, como ese pedazo de papel insignificante que es, pero como esa creación equiparable a un desierto, a un océano, a tus ojos o al grifo que no para de gotear, a ese arroyo que no para de acoger agua, a ese agua que baja por tu esófago y te hace sentir bien, porque, nos sentimos bien cuando bebemos agua, es como gritar desde un precipicio o dormirse en una hamaca, es de ese tipo de cosas que al experimentarlas sientes que te absorben, que dejas de existir, que no hay oscuridad más allá de esa inmensidad de luz. El mundo son momentos inolvidables, y momentos para olvidar. Pero decidámonos a no olvidar lo inolvidable a pesar de que tengamos demasiado que olvidar. Porque lo importante no es el zumo de naranja, lo importante es vivir, y darte cuenta de que lo estás haciendo.

martes, 28 de febrero de 2012

llevas la vida al revés, se te ve la etiqueta.

Llevamos siglos intentando descifrar los más profundos problemas e inquietudes que nos corroen, que luchan en nuestro interior, qué es lo que nos rodea, demasiadas preguntas y muy pocas respuestas. La verdad, lo único que en el fondo buscamos es sentirnos realizados, mostrar nuestra mejor cara, intentamos ser aquello que el universo quiere que seamos. Dejemos de engañarnos... caminamos por senderos equivocados, lloramos por nuestra felicidad, nos ganamos la partida a nosotros mismos, nos chocamos contra una pared de angustia y en nuestra soledad bramamos a partir de una serie de prejuicios que tenemos fijados, estereotipos, nos creemos la perspicacia que nosotros mismos suscitamos, estamos creados para la destrucción, para llegar y partir, para no dejar huella, para actuar como el viento, no tenemos ni la menor idea de qué es lo que hay que hacer para ser feliz y no encontrarse con que el mundo no es un buen lugar para vivir. A veces hay suerte y sólo con abrir los ojos encuentras la respuesta a todo aquello que llevabas tanto tiempo buscando, 'está ahí', piensas, y a la vez te sumerges en todo eso que supone el sol, el rocío de cada mañana, la brisa que acaricia tus mejillas, el placer de coger aire y gritar como si nada importase, te quedas con ello, con lo que verdaderamente importa, con lo que te da alas, con ese tipo de cosas que te ayudan a levantar la vista y darte cuenta de que no todo es tristeza, no todo son lágrimas sobre hojas de papel ni todo es oscuridad, darte cuenta de que todos esos tópicos de los que huyes pueden ser tu salvación, que los necesitas, que esa lucha por diferenciarte no es útil ni fructífera, que la vida no sigue la ley de oferta y demanda, por dios. Y cuando te sientes frágil, de porcelana, cuando sientes que estás a punto de caer por un precipicio y romperte en pedazos minúsculos, es cuando verdaderamente sientes que existe ese rincón hecho para ti, a tu medida, que no estás solo, que esa luz tan brillante que tanto has buscado estaba cegándote desde el primer instante. Y cuando te quedas completamente ciego es cuando encuentras esa simbiosis con todo lo que escuchas, todo lo que hueles, ese perfume dulce y fresco llamado felicidad. Para. Abraza cada momento. Lo que verdaderamente importa se lo lleva el viento. Olvídate de todo lo demás. Mímalo como si no volvieras a tener otra oportunidad similar. Ante todo, no lo dejes escapar. Como decía Chaplin; 'Pensamos demasiado y sentimos demasiado poco'. Abre los ojos para dejar de mirar.

domingo, 5 de febrero de 2012

puzzle

Puedes gritar a lo lejos sin saber quién estará al otro lado, quién te escuchará, a quién se le despertará algo en su interior al escuchar tu voz desgarrada y sin esperanza. Puedes esperar apoyado en la pared tarareando la canción que lleva días dándote vueltas a la cabeza sin hacer nada, sin saber a dónde ir, sin saber qué camino seguir, sin saber dónde estás, sin saber quién eres. Puedes soñar que a ese otro lado hay una pieza que va a encajar, que no encuentras desde hace tiempo y por la cual estás desesperado, puede que la hayas perdido, que su ausencia sea un defecto de fábrica o quizá que no quieras encontrarla. Nada está completo sin esa pieza, pero a priori no parece imposible discernir cual es la imagen sin ella. Pero nadie te puede arrebatar esa sensación de impotencia, de desasosiego, de intranquilidad, de saber que te falta algo, algo quizá insignificante, el soplido que puede tirar una fila de fichas de dominó, el pequeño empujón con el que puedes romper una frágil figura de porcelana; pero a su vez extraordinariamente necesario, ese algo que te completa y te hace saber que no has nacido para ser un bulto más de la nada, una sombra dedicada a existir bajo una torre de tristeza y amargura.
Esa pieza que completa el puzzle, esa pieza que te hace sentir pleno, que te hace creer que el destino ha enviado una señal sólo para ti, esa pieza que te permite soñar con algo nuevo, esa pieza que te induce a no ponerte límites. Esa pieza que te llama a gritos a encontrarla, que te lleva a abandonar todos tus prejuicios sociales, esa pieza que puede cambiar el mundo sólo por la silueta que tiene dibujada en su interior. Y ese momento en el que esa pieza encaja, sientes que has conectado con el mundo y que toda esa búsqueda exhaustiva ha valido la pena. A veces hay que encontrar algo para empezar a buscar.

viernes, 27 de enero de 2012

inmóvil

Caminar, perder el rumbo, desorientarse, destrozar salvajemente los imanes de la naturaleza. Llenar de tópicos tu existencia, ablandarte ante unos ojos que te gritan a kilómetros que el mundo no puede ser sólo un lugar para sufrir. Dibujar una sonrisa al sentarse cerca de alguien que susurra a voces que no nos queda nada que perder. Estamos perdidos, el mundo gira en una sola e irrevocable dirección. Estamos desnudos, desde el principio hasta el final, sin depender de ninguna variable ni ninguna constante, sin imaginar un mundo en el que la felicidad es algo con lo que ya contamos. Hacer surf sin olas, borrar la tinta de un bolígrafo, hablar con una persona que está a más distancia de la que tu corazón guarda en su interior. Hemos conseguido todo eso. ¿Por qué ponernos límites? ¿Por qué rendirnos? ¿Por qué no abrazar a este momento tan insignificante como si fuera el último? La vida es un laberinto a oscuras en el cual debes buscar un minúsculo interruptor que le dé luz. Es una quimera. Pero dicen que merece la pena.
Delicadeza, sutilidad, torpeza cariñosa. Caracterizamos nuestros sueños, o, habitualmente, nuestros sueños nos caracterizan de manera asombrosa. Su reflejo es tan eterno que no te das ni cuenta de cual es la frontera entre ambas realidades. A veces, porque te gustaría estar soñando. Otras, porque te gustaría que ese sueño fuese realidad. Si no nos ponemos a prueba, si no nos desafiamos a nosotros mismos, si no luchamos por mantener viva la esperanza de encontrar ese interruptor, decidme, ¿tiene algún sentido seguir con este engaño? A veces es necesario sacar fuerzas de flaqueza, valor de tu cobardía o sangre de tu sudor pero, ¿el resultado no es merecedor de ello acaso? Recoge las pistas y no dejes escapar tus sueños, o vivirás atormentado por el recuerdo de lo que no fue y de lo que pudo haber sido. Baila con la felicidad y no mires atrás, golpea de cara a las dificultades y no cambies de registro, llega a donde sea necesario por amor, amistad, o todos esos bonitos valores que nuestros padres nos enseñaron aplicándolos. Nunca es tarde para el principio.

jueves, 26 de enero de 2012

Hilos

Luz cegadora,
valor,
son la belleza de tu calor.

Pasos en falso,
amargura,
son el reflejo de mi locura.

Sollozos,
despojos,
son el rastro de tus ojos.

Aire lívido,
soledad,
marco y forma de fragilidad.

Sueños altos,
esfera exánime,
luz de oscuridad de mi amor pusilánime.